Lo hicimos con un fantástico panel en la que algunas personas envejecientes del CENE, a través de sus exposiciones, explicaron a los niños y niñas como, durante su infancia, tuvieron acceso a la educación a la vivienda y a servicios básicos como la salud enfrentando duras dificultades y precariedades.
Entre todos analizamos las diferencias que existen entre la infancia de aquellos envejecientes y la de los niños de hoy. Los niños/as, durante los turnos de preguntas, manifestaron sus dudas y su sorpresa ante la realidad que dibujaron las personas mayores participantes en el evento.
Las envejecientes remarcaron mucho a los niños que ellos son privilegiados porque hay muchas personas que trabajan para que sus derechos se respeten, y eso conlleva grandes responsabilidades y deberes para los niños; ellos deben corresponder respetando y amando a sus padres y profesoras, portándose bien para que todos se sientan orgullosos de ellos y esforzándose en sus tareas para lograr el éxito en su vida y la mejora de sus familias.
Finalizamos la actividad enfatizando el derecho a la identidad, a sentirse orgullosos de quién somos, de nuestra cultura y sus manifestaciones con la participación de un grupo de paleros de Malnombre que, gentilmente, nos regalaron unas piezas de esos bellos ritmos.
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